viernes, 26 de febrero de 2010

Cap. El Sombrerero. Part #1.




La noche ya habia caido sobre mi espalda. Necesitaba refugio, no podría llegar pronto a casa de Cuervo. Necesitaba huír, para encontrarlo.

'-¡Ya es hora! -había dicho alegre Chev saliendo de su casa con su hermanito- ¡Hoy, Terrence, aprenderás a montar la bicicleta!
-No, no quiero, tengo miedo -el niño había bajado la mirada, con sus manitas entrelazadas- La ultima vez, me caí, Chev -alzó la vista rápido, como si hubiera despertado de un pequeño sueño.
-Tonterías, hoy no pasará eso, espera aquí, Terrence -Chev entró pronto por la pequeña bicicleta de su hermano, talvez debió dejar que el niño entrara con ella, porque al salir denuevo...- ¿Terrence? -...había desaparecido- ¡Terrence! ¡¿Donde estás?!
Chev lo buscó por todo el vecindario, hasta caer la noche... estaba en algun lugar, lejos, muy lejos, de donde vivía... Empezó a caminar cuidadosamente, maldiciendo el momento en que lo dejó sólo. Ahora ella estaba sola...
Bueno, no tan sola.
Chev sintió una mirada sobre ella. Tocando su hombro, la hizo girarse bruscamente. Con los ojos muy abiertos llenos de pánico Chev intentaba liberarse de sus brazos.
-¿Que llevas contigo? -preguntó el hombre.
-¡Nada! -gritó Chev- ¡Dejame ir!
-¡Dame lo que tengas! -ordenó él- ¡Ya!
Con lagrimas al borde de los ojos, tan sólo decidió cerrarlos y esperar el resto.
-Déjala -había dicho una voz suave pero firme- No es forma de tratar a una joven.
Chev abrió rápidamente los ojos.
Un hombre joven, talvez veinte años, de barba suave y pelo castaño oscuro, alto, vestido con pantalones negros de vestir, camisa rojo vino y saco de cuero café claro, casi naranja, sin mencionar un sombrero, tipo Sombrerero Loco, pero mucho menos llamativo y con la copa más baja, del mismo color que el saco, avanzaba caminando tranquilamente hacia mi y el ladrón, que rapidamente sacó un revolver apuntando hacia el tipo del sombrero. Este siguió caminando hacia nosotros.
-¿Me vas a disparar? Okay, si quieres hacerlo, adelante -Había dicho sonriente, tentando al ladrón a terminar con su vida.
El ladrón espero que este joven diera un paso más para apretar el gatillo con fuerza, el sonido del disparon me hizo gritar.
-Wow. Impresionante. Buen tiro, amigo -rió el joven del saco.
-¿Como fue qué...? -el ladrón se sorprendió tanto, que la había soltado.
-Bien, te diré cómo -el del sombrero caminaba tranquilamente hacia el ladrón- Es como puedo ir de aquí, hasta... -lo vi desaparecer y luego re-aparecer detrás del ladrón, sujetando la mano de la pistola detrás de su espalda con fuerza- Aquí.
El ladrón emitió un grito ahogado, dejando caer el revolver. Desconcertado, el ladrón rogaba piedad repitiendo una y otra vez; sueltame porfavor, te lo ruego.
-Claro -el joven del sombrero, lo soltó rapidamente, el ladrón lo veía con los ojos desorvitados- ¿Te vas o te quieres quedar a ver cómo destripo a la niña?
-Eres un demente -el ladrón corrió atropelladamente, sujetandose la mano herida, mientras el joven del saco reía descontroladamente.
-¿Viste eso? ¡Ese idiota jamás te volvera a molestar! -no paraba de reir.
Chev sólo lo miraba asustada.
-¿Que? ¿Ni un gracias? -exigió él acercandose a ella- Oh... No te voy a destripar.
-En ese caso -dijo Chev- Gracias...
-¿Te llevo a alguna parte? -extendió su mano hacia ella, para ganar confianza.
-No. Estoy bien. Gracias. Me tengo que ir.
-Sí, igual yo. Pero, si estas perdida, tengo un amigo que vive cerca, se llama Cuervo. Vive cerca, a unos kilómetros, por el parque. Sabrás reconocer su casa, a esta hora, las luces están encendidas hasta el amanecer. Así que intenta llegar esta noche.
-¿Cómo sé que no es un sicópata? -preguntó Chev.
-Hay una niña viviendo con él, practicamente, rescata niñas como tú. Y te aseguro que nos veremos pronto -sujeto mi mano y la besó.
-Me llamo Chevre, por cierto -dijo ella quitando su mano despacio de las del joven.
-Me llamo Andrew, un placer Chev.
-¿Cómo sabes que me dicen así?
-Sé varias cosas -sonrió.


Y así es cómo llego ahí. En medio de la noche, al frente de una puerta, frente a la casa de las luces encendidas, a las 3:43 de la madrugada.
Tocó a la puerta. Inmediatamente la abrieron.

-Tardaste un poco, pequeña -un hombre alto, delgado, muy palido y de mediana edad- Soy Cuervo, pasa adelante, te enseñaré tu cuarto. Andrew me dijo que vendrías, Chev.
Entonces, entré a la casa.